domingo, 5 de junio de 2011

Un nuevo descubrimiento. "Cocina para impostores"

Por casualidad, he encontrado un libro muy divertido y con recetas muy muy fáciles de hacer. Tengo el libro en pdf, si lo quieres mándame un correo.

Cocina para impostores es la nueva biblia para quienes viven deprisa y alegan que no tienen tiempo para alimentarse bien. “¡Eso es un pretexto. Muchas veces comemos fatal porque no nos ponemos. En 10 o 15 minutos se puede hacer un plato rico y nutritivo!”, argumenta Falsarius Chef desde su refugio frente al mar de Cádiz. Y para componer un menú impostor, “que no pasa de cinco euros”, propone “astutas recetas de cocina usando congelados, latas y conservas”.

El menú de Cocina para impostores (Compañía General de la Tinta, 16 euros) lo componen explicaciones claras y directas “para gente que no sabe ni encender el gas”. Y un detalle: incluye proporciones para un solo comensal. “¡Basta de ingredientes para cuatro personas. ¿Y los que estamos solos qué?”, reivindica Falsarius Chef.

Frente a “las recetas enloquecidas”, Falsarius trabaja mucho el supermercado. “Intento reproducir la cocina media española. Hago comida de subsistencia. Trabajo con medios sencillos y no doy nada por sabido”, dice orgulloso.

El cerebro que se esconde tras el profeta de la lata pertenece a “un hombre que huyó del estrés de Madrid”.
Es “enemigo acérrimo del microondas”, porque “arrebata las cosas”. “Con lo bien que queda saltear una cosa en la sartén o calentarla en una cacerola...”, Así que estos dos utensilios no deben faltar en la cocina de un impostor. ¿Y el laterío imprescindible?: frascos de cristal de verduras y legumbres; un buen atún o bonito del norte; vasitos de arroz SOS (con ellos Falsarius borda la “paella hereje”); sopa de cebolla de sobre; botes de tomate Hida; cebolla, ajo, romero, orégano, pimentón (“para el toque mediterráneo”) y una caja de langostinos o gambones congelados. “Siempre que en un plato impostor pongas un langostino, la gente se ciega y dice que es la bomba. Piensan que te has pasado tres horas cocinando, cuando sólo has estado un rato”. Pero ése es el truco de los cocineros  impostores: engañar a otros comensales, pero sólo en las habilidades, “no se puede bajar la guardia en la calidad”. Aunque Falsarius no tiene compromisos con marcas, recomienda firmas concretas, “porque si no, las cosas no salen como yo las he probado. Tengo mi pequeño Bulli-Taller para investigar. Estoy abierto a sugerencias, y mis seguidores me ayudan mucho”.

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